Ya se apagan las lámparas.
Las estrellas se encienden.
Y en el cuarto, a oscuras van entrando los duendes.
Y de puntillas llegan la luna sonriente,con su abanico blanco
y su vestido verde. Te acaricia la cara y te besa la frente.
Luego se va en silencio, mientras tú te duermes.
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